La ermita de San Blas de Burriana fue la antigua mezquita del lugar y estaba ubicada extramuros de la ciudad acompañado del antiguo hospital. Los orígenes de su creación se remontan a una leyenda que cuenta que, durante un temporal de lluvias que amenazaba con desbordar el río, los pobladores rezaron durante toda la noche y, al día siguiente, fueron recompensados con un día de sol. Al recorrer la zona para observar los daños ocasionados por la riada, dieron con una tabla con la imagen de San Blas, al que aún se le saca en Procesión. De inmediato le atribuyeron el milagro y decidieron levantar una iglesia en su nombre.
El edificio, derrumbado en 1882 y reconstruido, es obra de Salvador Forç. Realizado en piedra y sin tener un estilo bien definido, destacan elementos neoclásicos como el frontón y el campanario. Destaca en su interior la tabla de la imagen del santo del S.XV, traída desde Alfarería (Zaragoza) por los primeros pobladores cristianos. Tiene allí un azulejo devocional. San Blas era conocido por su don de curación milagrosa e hizo vida eremítica en una cueva en el bosque que convirtió en su sede episcopal. Adjuntamos copia del texto de otros gozos en valenciano y el enlace de un blog dedicado al santo. Los dos primeros gozos son donación de la familia Nadal a la Asociación Cultural "Lluentons", activa y reivindicativa de nuestras tradiciones por lo que les agradecemos desde aquí su trabajo.
