viernes, 27 de julio de 2012

GOZOS A LA GLORIOSA SANTA MARTA VIRGEN, huéspeda de Cristo que se venera en su Ermita del Monasterio de Nuestra Señora de la Murta de Alzira.

El Monasterio de Santa María de la Murta nació en Alzira a partir del reagrupamiento de algunas ermitas dispersas por el valle de les Meravelles, posteriormente conocido como valle de la Murta, siendo la de Santa Marta una de estas ermitas iniciales. El prolongado asentamiento de los ermitaños favoreció que en el año 1357 Arnau Serra hiciera donación del valle a los ermitaños con la condición de que formaran una congregación religiosa. Tras profesar como religiosos de la orden de San Jerónimo, en 1376 el papa Gregorio XI otorga la bula para la construcción del monasterio en el valle de la Murta, comenzando las obras el 11 de febrero de 1401. La ermita de Santa Marta era uno de los monumentos con más valor de la Murta. Se encontraba a unos 200 metros del cenobio, constaba de una capilla, un pequeño claustro y su planta era octogonal pero de lo que la ermita fue en lo primitivo no nos ha quedado rastro alguno, sino el sitio.
Así, el primer cuerpo de ruinas sería la sacristía o casita del ermitaño. Adosado a ésta, estaría la ermita o capilla de cara al mediodía, con cubierta a doble vertiente y un minúsculo campanil. Al otro lado se situaría un claustrillo porticado, decorado con estuco policromado, imitando falsos sillares con colores rojos y amarillos, ofreciendo un gran efecto arquitectónico. En el siglo XVIII esta ermita se volvió a erigir y se conserva una acuarela de ella, datada en 1846, en el Museu Municipal d’Alzira, Al igual que el conjunto principal del convento, esta ermita sufrió el mismo proceso de abandono y expolio.